sábado, 8 de febrero de 2014

La gran estafa americana, (David O'Russell, 2013)

“La gran estafa americana”, última película de David O’Russell, ya ha recibido tres Globos de oro y ha sido nominada en nueve apartados de los Óscar incluido el de mejor película. Algo han debido de ver los académicos de Hollywood que no he sabido ver yo.
Oti Rodríguez Marchante comenta: “yo…, francamente, sólo he visto las ganas locas de este director por parecerse a Martin Scorsese cosa que, realmente, consigue un poquito cuando aparece en la pantalla Robert De Niro”. Completamente de acuerdo con Oti. 
O’Russell ya había avisado en “The Fighter” pero en aquella ocasión, una atractiva historia, un excelente guión y unos actores en estado de gracia tapaban los defectos lingüísticos de la cinta.
Ahora se ha visto el artificio porque, aunque los actores siguen en estado de gracia, la realidad es que no hay historia que contar y la poca que hay se cuenta muy mal. En cualquier película de timadores hemos visto una trama mucho más interesante, con más suspense, y con mejor desenlace. No hace falta remontarse a una obra maestra como “El golpe” para darnos cuenta de la pobreza de lo que cuenta esta película de título absurdo y rimbombante.
En resumen, el guión es un desastre. En “The Fighter” estaban acreditados 4 magníficos guionistas. En “La gran estafa americana”, David O’Russell y Eric Warren Singer, este último, autor del desastroso guión de “The International: Dinero en la sombra”.
También había avisado, O'Russell, en “El lado bueno de las cosas”, una película absolutamente sobrevalorada por crítica y académicos, ocho nominaciones incluida la de mejor director en una edición en la que no nominaron como mejor director a Ben Affleck que había escrito y dirigido la fenomenal “Argo”.

Todo lo que en el cine de Martin Scorsese es natural, consustancial, está en su ADN; en el cine de David O’Russell es artificial e impostado, metido con calzador. En este sentido, chirría el uso que hace de la música, de la cámara lenta, de las correcciones de cámara en cada plano, de los steadycam sin sentido detrás de los actores pretendiendo “dinamizar” las tomas, de los travellings y de los artificios y disparates absurdos como por ejemplo el plano en el que vemos los pies de Bradley Cooper andando hacia la cámara y después un primer plano de su cara acercándose a gran velocidad hacia la cámara hasta ocupar toda la pantalla, ¿Qué sentido tiene? ¿Pretende reflejar una emoción? Sea como sea, canta un montón. El mayor problema de David O’Russell es que su cámara se hace presente, se nota, se erige en protagonista, en muchas, ocasiones, por encima de sus personajes.
David O’Russell, como otros directores, incluido Martin Scorsese, trabaja con un elenco de actores con los que se siente cómodo, en este caso: Bradley Cooper (“El lado bueno de las cosas” y “La gran estafa americana”), Christian Bale (“The Fighter” y “La gran estafa americana”), Jennifer Lawrence (“El lado bueno de las cosas” y “La gran estafa americana”) y Amy Adams (“The Fighter” y “La gran estafa americana”) y por fin el gran Robert De Niro (“El lado bueno de las cosas” y “La gran estafa americana”).
A mí me parece que Christian Bale, Jennifer Lawrence y Amy Adams están magníficos, en esta película y en las demás. Bradley Cooper no me acaba de convencer, me parece que está siempre sobreactuado. Bien es verdad que con David O’Russell todos tienen un punto de sobreactuación pero incluso en la sobreactuación hay clases. Ellas están guapísimas y muy sexys, ellos feísimos y un poco patéticos, uno con los rulos, el otro con los peluquines y Jeremy Renner con el tupé.
Si tuviera que destacar una actuación de entre todas, sería la de Jennifer Lawrence, una extraordinaria actriz que no sé qué demonios hace metida en “Los juegos del hambre”. Sus escenas domésticas son magníficas y en las fiestas está estupenda. Ha dejado bien claro que el papelón que hizo en “Winter’s Bone” no fue por casualidad. Si por algo merece la pena ver "La gran estafa americana" es por sus actores y más, todavía, por sus actrices.

La película se me ha hecho larga, muy larga. No digo que sea un tostón completo, ni que no tenga detalles estupendos como la escena con Robert De Niro, los rulos de Bradley Cooper y Amy Adams y por supuesto los mejores y más elegantes escotes que he visto en el cine desde hace mucho tiempo.

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