miércoles, 21 de diciembre de 2011

Attack the Block, (Joe Cornish, 2011)


Debo confesar que no tenía grandes expectativas para esta película inglesa, la ópera prima de Joe Cornish, un comediante y director de televisión inglés, que también escribe y que, de hecho, ha colaborado en el guión del Tintín de Spielberg.
Lo primero que hay que decir de Attack the Block es que se trata de una auténtica gozada. Es una de esas películas que se disfruta desde el primer minuto hasta el último.
La historia no es nada original: en un barrio del sur de Londres, una banda de adolescentes atracan a una enfermera y en mitad del atraco algo cae del cielo sobre un coche aparcado al lado. Al investigar lo ocurrido y meterse al coche para desvalijarlo, un bicho ataca al líder de la pandilla y todos persiguen al bicho hasta darle caza y llevárselo como trofeo al bloque de apartamentos donde viven. Lo que no saben nuestros protagonistas es que hay más bichos y son mucho más grandes y feroces, y que acudirán al bloque siguiendo el rastro de su congénere.
A simple vista, nada original: un grupo de bichos extraterrestres y un grupo de humanos emprenden una batalla.
Así pues, la historia nada original, el director un debutante que procede de la televisión, los actores absolutamente desconocidos y sin apenas experiencia, y para terminar de arreglarlo el presupuesto tampoco es el de “Avatar”. Bueno, pues con todo en contra, Joe Cornish realiza una pequeña obra maestra del cine, y os aseguro que no estoy exagerando.

martes, 20 de diciembre de 2011

Contagio, (Steven Soderbergh, 2011)


Yo creo que el cine actual tiene problemas muy serios debido a la falta de creatividad en todos los aspectos: temas, historias, guiones, puesta en escena, música, etc. No voy a profundizar en el asunto pero es algo que se puede comprobar sin mayor problema al repasar la cartelera, repleta de secuelas, versiones de comic, versiones de versiones, precuelas y demás.
Entre todos los problemas quiero destacar dos que me parecen muy importantes: el primero es que, salvo contadas excepciones, la producción de películas está en manos de gente a la que no le gusta el cine y que están en el negocio únicamente por intereses financieros. Este hecho no se da exclusivamente en el mundo del cine, lo mismo pasa con las editoriales, o las fábricas de coches.
En una de las escenas de “Cautivos del mal”, (una gran película del subgénero “cine dentro del cine”) el productor de la película que se está rodando, descontento con el tratamiento de una de las escenas, le dice al director: “Para ser director hay que tener imaginación”, a lo que contesta el director: “Para ser director hay que tener humildad”. Y éste es el segundo problema que quería comentar, un problema que viene más al hilo del comentario de “Contagio”, y es que los directores actuales lejos de tener la humildad que el personaje de “Cautivos del mal” dice ser imprescindible para un director, lejos de tener esa humildad, digo, se nos muestran en sus obras con una actitud de prepotencia bastante por encima de su verdadero talento. Es el caso de Steven Soderbergh que se ha olvidado de que lo más importante en una película es contar una historia y desarrollar unos personajes.
“Contagio” cuenta la expansión de una enfermedad infecciosa (una pandemia) causada por un virus que ha mutado y ha pasado del reino animal (en este caso murciélago y cerdo) al ser humano.
Soderbergh plantea una estructura coral, con muchos personajes y subtramas al estilo de las películas de catástrofes como “El coloso en llamas”. Hasta aquí, nada original, un planteamiento que ha dado buenos resultados en edificios en llamas, aviones o barcos, pero Soderbergh y su guionista no parecen haber acertado con el planteamiento.

sábado, 10 de diciembre de 2011

In Time, (Andrew Niccol, 2011)


“No tengo tiempo, no tengo tiempo para preocuparme por cómo ocurrió, es lo que hay. Estamos modificados genéticamente para dejar de envejecer a los 25, el problema es que sólo vivimos un año más a no ser que consigamos más tiempo. El tiempo es, ahora, la moneda de cambio, lo ganamos y lo gastamos. Los ricos pueden vivir eternamente, y el resto…, yo sólo quiero despertar con más tiempo en mis manos que horas tiene el día.”
Así comienza “In Time” con la voz en off del protagonista sobre una imagen de un reloj digital y el sonido de los latidos cardíacos que se van consumiendo con cada segundo.
Me gusta la ciencia ficción, siempre me ha gustado. Desde muy joven he leído centenares de libros, los he leído casi todos, desde los más clásicos hasta los más recientes y cuando se estrena “una de ciencia ficción” no puedo evitar crearme expectativas que, casi siempre, acaban defraudadas.
En la ciencia ficción hay diferentes vertientes, hay historias sólo para entretener, las hay con la única finalidad de contar unos hechos comunes a cualquier otro género pero con el adorno de la ciencia ficción, etc. La ciencia ficción que más me interesa es la ciencia ficción “de ideas”, aquélla que propone escenarios y temas para que el lector o el espectador reflexione sobre aspectos fundamentales del ser humano y de la sociedad en que vivimos; historias como las que se cuentan en “1984” de Orwell, o “Un mundo feliz” de Aldous Huxley o “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury, por ejemplo.
Algo parecido nos ofreció Andrew Niccol en “Gattaca” (1997), una película muy apreciable aunque no sea la obra maestra que algunos dicen que es.
Como en “Gattaca” la idea, la premisa en la que se basa “In Time” es un auténtico filón de oro y ese es precisamente el problema que tengo con esta película, que partiendo de una idea estupenda, Niccol no ha sido capaz de sacarle todo el partido que le hubiera podido sacar otro director.
Quizás tenga algo que ver con el hecho de que Andrew Niccol es el guionista, director y productor de la cinta y, claro, acumular tanto poder al hacer una película puede ser bueno si se tiene el talento de Spielberg, pero, Andrew Niccol no es Spielberg ni de lejos.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Detour, (Edgar G. Ulmer, 1945)


Detour” nunca llegó a estrenarse en España. Cuando se pasó por televisión se tituló como “El desvío”, una traducción literal de su título original.
Dirigida por un director desconocido, con actores mediocres, y técnicamente imperfecta, “Detour” es, sin embargo, una joya del cine negro.
Sinopsis
Al Roberts, (Tom Neal), es un pianista que toca en un local de segunda o tercera categoría de Nueva York en el que también canta su novia Sue, (Claudia Drake). A pesar de que su sueño es tocar en el Carnegie Hall, Al prefiere casarse y seguir con su apacible vida pero Sue tiene otras ambiciones y está decidida a triunfar en Hollywood. Al, en un primer momento, no se decide a acompañarla pero al cabo de un tiempo se da cuenta de que no puede estar sin ella y emprende el camino hacia el Oeste.
Sin dinero, está obligado a viajar haciendo auto stop. En el transcurso del viaje se encontrará con Charles Haskell Jr. (Edmund McDonald) y más tarde con Vera (Ann Savage) y estos encuentros convertirán el viaje en una auténtica pesadilla.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Somewhere, (Sofía Coppola, 2010)


Una estrella de cine de Hollywood, Johnny Marco (Stephen Dorff), divorciado y padre de una hija de 11 años que vive con su madre, se hospeda en el mítico Chateau Marmont. Johnny Marco pasa los días entre fiestas desangeladas, alcohol y sexo, sin conseguir quitarse de encima la sensación de vacío y falta de interés hacia nada de lo que pasa a su alrededor. Durante unos días recibe la visita de su hija, Cleo (Elle Fanning) y tras su marcha, Johnny tomará verdadera conciencia de su vida sin sentido.
Sofía Coppola nos plantea en “Somewhere”, exactamente la misma situación que ya nos planteaba en “Lost in translation”. Ambos protagonistas son triunfadores, estrellas mediáticas a los que su vida no satisface. Ambos cumplen disciplinadamente con sus obligaciones como estrellas: ruedas de prensa, sesiones fotográficas, promociones, programas de televisión, galas de entrega de premios, etc. A los dos los vemos en las mismas situaciones: en el baño, en la piscina, en la cama, en la ducha. Hasta tal punto repite la directora los episodios que al ver “Somewhere” es imposible no recordar a Bill Murray haciendo las mismas cosas que Stephen Dorff y con el mismo desinterés.
Ahora bien, “Lost in translation” es una película que me encanta y “Somewhere” no me dice nada. ¿Cuál es la diferencia?