lunes, 16 de abril de 2012

Los Idus de Marzo, (George Clooney, 2011)


En el calendario romano los ides eran días de buenos augurios y correspondían con el decimoquinto día de los meses de marzo, mayo, julio y octubre y con el decimotercer día de todos los demás meses.
Julio César, emperador de Roma, fue traicionado por un grupo de senadores de Roma que urdió un complot para asesinarlo. En el año 44 a. C., Julio César acudió al Senado para participar en una de sus sesiones y fue abordado por varios senadores que le asestaron 23 puñaladas acabando con su vida. Ocurrió el 15 de marzo, el ides de marzo.
“Los Idus de Marzo”, la película escrita, dirigida, producida y protagonizada por George Clooney narra las interioridades de la campaña electoral de dos candidatos demócratas en Ohio, al parecer, un enclave crucial para decidir el vencedor de las Primarias del partido y por tanto candidato a presidente de la nación. Esta elección se celebra en Marzo.
El tema de la película es la honestidad, la integridad, la lealtad y la traición y desde luego, la capacidad de corrupción del poder.
Si todavía hay alguien que dude de la capacidad del cine para influir en la sociedad de mil maneras diferentes bastaría con reflexionar sobre la cantidad de información que nos proporciona sobre aspectos que, en principio, deberían resultarnos totalmente ajenos. Conocemos mejor el sistema electoral americano que el nuestro; sabemos cómo se financian los candidatos, cómo se estructuran los equipos de campaña, cómo se preparan los debates, cómo se negocian los apoyos, etc.
George Clooney realiza una película, basada en una obra de teatro, que examina sin contemplaciones las interioridades de la lucha por una candidatura a la presidencia de Estados Unidos.

domingo, 15 de abril de 2012

Sherlock Holmes: Juego de Sombras, (Guy Ritchie, 2011)


Esta segunda película de Guy Ritchie sobre Sherlock Holmes sigue la senda de la primera, como no podía ser de otra manera dado el éxito económico que obtuvo.
Tanto la primera entrega como esta segunda son películas que se construyen a partir de las claves de las cintas de James Bond con el añadido de los toques “simpáticos” de las películas de dos policías colegas.
Así pues, asistimos a una película de acción con persecuciones, peleas, tiroteos, explosiones, cambio de escenarios, etc., eso sí situada en el siglo XIX. En este sentido es más coherente la versión de la miniserie para televisión que sitúa a Sherlock Holmes directamente en la actualidad con lo que no se nos hace tan difícil armonizar los trajes de época y los coches de caballos con las artes marciales, los tiroteos con armas automáticas y las explosiones.
No cabe duda de que se ha perdido por completo el espíritu de las novelas de Sir Arthur Conan Doyle. Me imagino que al público que no las haya leído no le importará demasiado. Tampoco a mí me molesta ya que doy por hecho que no estoy viendo una película de Sherlock Holmes.
Dicho todo lo anterior, y admitiendo el disparate que supone hacer de las novelas de Sherlock Holmes películas de acción a lo James Bond, hay que decir que Guy Ritchie mezcla aciertos con errores y aunque el ritmo de la acción está conseguido y alguna escena está muy bien rodada, en general ganan lo errores a los aciertos.