miércoles, 14 de enero de 2015

El niño, (Daniel Monzón, 2014)

Parece ser que “El niño”, última película dirigida por Daniel Monzón, está inspirada en la historia real de un joven que se dedicó al tráfico de drogas en las aguas del Estrecho de Gibraltar y que, durante un tiempo, tuvo en jaque a la policía.
El guión de la película está firmado por Daniel Monzón y Jorge Guerricaecheverría. Debieron pensar que la historia de “El niño” no era suficiente para un largometraje así que la combinaron con una historia, a lo “The Wire”, de investigación del tráfico de drogas a cargo de bandas mafiosas de los países del Este.
A pesar de las estupendas recaudaciones del film, lo primero que hay que decir es que “El niño” no es una buena película, sus numerosos defectos lo impiden:
-          El guión. Un buen guión, como norma general, debe tener una trama principal y, si se quiere, una o varias secundarias. En “El niño” se han hecho un lío con las tramas; en primer lugar porque no se sabe cuál es la principal y cuál la secundaria, y en segundo lugar porque el intento de relacionarlas se me antoja absolutamente forzado. Por separado ninguna de las dos historias tiene suficiente enjundia pero al unirlas lo que ocurre es que no suman sino que dividen así que el resultado viene a ser como si se hubieran juntado dos capítulos pilotos de dos series, eso sí, a la española.
-          La receta. El director de la fenomenal “Celda 211” ha pretendido fabricar un éxito por el método de “echar” de todo en la película, (más o menos lo que se hace, ahora, con las ensaladas): escenas de acción a lo USA, intriga, un poco de suspense, una historia de amor, actores reconocidos, actores guapos, actrices guapas, actores graciosos, jefes de policía con mala leche, compañeros traidores, sanguinarias mafias del Este, localizaciones exóticas, fotografía de postal y banda sonora que se dedica a subrayar cada cosa que ocurre en pantalla o el lugar en el que nos encontramos no nos vayamos a perder. Si nos atenemos a la taquilla no se puede negar que el experimento ha tenido éxito. Ahora bien, como obra cinematográfica el resultado es bastante flojo. Daniel Monzón debiera haber tenido en cuenta la consigna del genial arquitecto y diseñador Mies Van Der Rohe: "Menos es más".

-          Lo que no funciona. La lista es larga así que me ahorraré el comentario y me limitaré a enumerar lo que, a mi entender, no funciona:
o   La historia de amor no se la cree nadie y, además, las escenas románticas no pueden estar peor rodadas. Ejemplo: la escena en donde aparecen desnudos en la playa, la cámara a ras del suelo y las figuras desnudas de los dos protagonistas al fondo y desenfocadas. Ni en los setenta se hubiera rodado peor.
o   Las escenas de acción están bien para una película española pero con lo que vemos todos los días en las películas y series USA ver a Eduard Fernández dispuesto a abordar la lancha recuerda a los vídeos de YouTube donde alguien intenta saltar desde un trampolín o hacer una virguería en el jardín y todos anticipamos cómo va a acabar.
o   Jesús Castro y Marian Bachir son guapos, sí, pero no tienen ni idea de actuar. Consiguen que no nos creamos la historia de amor y de paso nada de lo que ocurre cuando están en plano. No quiero ahondar en el tema pero me parece un despropósito que Jesús Castro esté nominado al Goya de mejor actor revelación. Es posible que sea una revelación pero no es un actor.
o   Los seguimientos son penosos. Los malos tendrían que ser sordos y ciegos para no darse cuenta de que los siguen y, por cierto, no deberían esperar a que se pongan de espaldas para hacerles las fotos. Estas cosas consiguen que el espectador se salga de la película. Como ocurre con las escenas de amor, tampoco al rodar los seguimientos estuvo, Daniel Monzón, especialmente acertado.
Lo que me ocurrió con esta película es que, cada poco tiempo, uno de estos detalles me sacaba de la historia, y cuando conseguía volver a entrar, transcurridos unos minutos, me volvía a ocurrir lo mismo, hasta que llegó un momento en que ya estaba más pendiente de los errores que de la película. También en esto tenía Mies Van Der Rohe la solución cuando decía: "Dios está en los detalles".

No todo es malo; es bueno que la película haya acabado siendo un éxito de taquilla y es bueno que se hagan películas de género en España.

Sería injusto no mencionar las excelentes actuaciones de: Luis Tosar, Eduard Fernández, Sergi López y Bárbara Lennie.

PD: Claro que es posible que yo esté ciego y el film sea una obra maestra. Desde luego es lo que deben pensar nuestros académicos ya que la han nominado para los premios Goya en 16 apartados, incluyendo el de mejor película.

PD2: La crítica española parece estar más de acuerdo con los académicos de los Goya que conmigo, claro que Daniel Monzón empezó como crítico y por tanto es "uno de los suyos". Pero los de los Goya... ¿qué excusa tienen?