viernes, 16 de marzo de 2012

Intocable, (Olivier Nakache y Eric Toledano, 2011)

Basada en hechos reales, “Intocable” cuenta la historia de Philippe, un hombre rico que, tras perder a su esposa, se queda tetrapléjico en un accidente de parapente. Philippe, sólo puede mover la cabeza y por tanto necesita ayuda para realizar las tareas más sencillas de la vida cotidiana como comer, el aseo, vestirse, etc., necesita por tanto un cuidador. La historia comienza en el momento en que se selecciona a los candidatos para ocupar este puesto.
Entre los aspirantes se encuentra Driss, un exconvicto por atraco a mano armada que acude a solicitar el empleo únicamente para que le firmen el certificado conforme que se ha presentado a solicitar el puesto para poder seguir cobrando el paro. En contra de la opinión de todos, Philippe decide contratar a Driss apostando con él que no aguantará un mes en el trabajo. La película narra la relación de Philippe y Driss.
Los autores de la película, Olivier Nakache y Eric Toledano visitaron al Philippe de la vida real que vive en Marruecos y éste colaboró con ellos en la realización del film con una única condición, que en el tratamiento de la historia, Philippe no diera lástima en ningún momento.
Así pues, a pesar del argumento, nos encontramos ante una comedia. Obviamente gran parte del humor de la película es del que llamamos humor negro, eso sí, humor negro muy inteligente.
La relación que se establece entre estas dos personas tan diferentes está reflejada de tal forma que resulta creíble lo increíble y gran parte del mérito lo tienen los dos actores encargados de encarnar a los protagonistas: François Cluzet y Omar Sy. Entre ambos surge una química maravillosa, me imagino que muy parecida a la que surgió entre los auténticos Philippe y Driss.
La película funciona gracias, por un lado, a un guión extraordinario y por otro a la química establecida entre los dos protagonistas.
El film consigue todos sus objetivos; es una comedia que hace reír y en ningún momento inspira lástima, ni siquiera cuando Philippe habla con Driss de su fallecida esposa y le dice: “Lo peor no es vivir así, lo peor es vivir sin ella”.
Las situaciones y los diálogos están milimétricamente medidos y no podía ser de otra manera ya que de lo contrario se hubiera traspasado la línea de lo ridículo o peor, la línea de lo tópico como hemos visto en muchas películas con un argumento similar.

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