Debo
confesar que no tenía grandes expectativas para esta película inglesa, la ópera
prima de Joe Cornish, un comediante y director de televisión inglés, que también
escribe y que, de hecho, ha colaborado en el guión del Tintín de Spielberg.
Lo
primero que hay que decir de Attack the Block es que se trata de una auténtica
gozada. Es una de esas películas que se disfruta desde el primer minuto hasta
el último.
La
historia no es nada original: en un barrio del sur de Londres, una banda de
adolescentes atracan a una enfermera y en mitad del atraco algo cae del cielo
sobre un coche aparcado al lado. Al investigar lo ocurrido y meterse al coche
para desvalijarlo, un bicho ataca al líder de la pandilla y todos persiguen al
bicho hasta darle caza y llevárselo como trofeo al bloque de apartamentos donde
viven. Lo que no saben nuestros protagonistas es que hay más bichos y son mucho
más grandes y feroces, y que acudirán al bloque siguiendo el rastro de su
congénere.
A
simple vista, nada original: un grupo de bichos extraterrestres y un grupo de
humanos emprenden una batalla.
Así
pues, la historia nada original, el director un debutante que procede de la
televisión, los actores absolutamente desconocidos y sin apenas experiencia, y
para terminar de arreglarlo el presupuesto tampoco es el de “Avatar”. Bueno,
pues con todo en contra, Joe Cornish realiza una pequeña obra maestra del cine,
y os aseguro que no estoy exagerando.
Todo
funciona, en esta película, con una precisión que no es fruto de la casualidad.
Cornish la ha pensado hasta en los detalles más insignificantes.
El
guión es una maravilla, no falta nada ni sobra nada; los personajes están
perfectamente caracterizados, todos ellos, son creíbles, cercanos.
El
ritmo excelente, no decae ni es apresurado, y sobre todo, la realización impecable,
la cámara está siempre situada en el mejor sitio, los planos están compuestos
de la mejor manera posible y duran lo que tienen que durar, (grúas, picados,
contrapicados, travellings, insertos, primeros planos; todos ellos con un
sentido, con una finalidad determinada).
Los
actores son el fruto de un casting inusualmente ajustado, me parece imposible encontrar
un grupo de actores más adecuados a los personajes que interpretan, desde el
protagonista hasta los más secundarios como esos maravillosos “Problemas” y “Caos”.
El protagonista realiza una interpretación perfecta, parece el sobrino
adolescente de Mike Tyson y tampoco es casualidad ya que Cornish se encarga de
potenciar el parecido y en la primera pelea con un bicho, éste le hiere en la
cara produciéndole unas heridas muy parecidas al tatuaje que luce Tyson en la
parte izquierda de su cara.
Cornish
impregna toda la película de un sentido del humor muy inteligente, muy bien
medido y consigue la mezcla perfecta de acción, humor y drama.
Los
efectos especiales están perfectos y los bichos son una maravilla de
originalidad, ya era hora de que viéramos extraterrestres que no se parecieran
a los humanoides de Spielberg o a los monstruos de “Alien” y que, sin embargo,
funcionan igual de bien o incluso mejor.
La
banda sonora no puede ser más apropiada, tanto las ráfagas de hip hop como el
punteo obsesivo que cruza toda la película, una banda sonora que apoya la
acción y que tiene sentido dramático y de clima como debe ser.
Tampoco
veía, un servidor, transiciones como las que presenta esta película desde hace
mucho tiempo. Siempre me ha gustado que las transiciones entre secuencia y secuencia
o entre escena y escena sean originales y cinematográficas. Posiblemente el
mejor en este apartado sea David Lean y de los actuales Spielberg que estoy
seguro que se inspira en Lean. La mayoría de las transiciones en el cine son
cien por cien visuales, pero aquí las tenemos visuales pero también
audiovisuales, si se me permite la palabreja. Y como es tradición en este blog
voy a poner un par de ejemplos:
-
La enfermera, que ha sido atracada, se encuentra en la comisaría y los agentes
le preguntan sobre la descripción de los jóvenes que la han atracado; ella les
dice: “me parece que llevaban gorros de
lana y bufandas”; el plano cambia a un plano general en el que, al fondo de
un pasillo oscuro, aparecen los chicos avanzando hacia la cámara; el agente le
pregunta: ¿les viste las caras? Y ella
responde, “no, las tenían ocultas”, y
el plano cambia a los chicos ya más cerca de la cámara y con el pasillo
iluminado y las caras bien visibles.
-
En un momento de la película un chico está escondido
detrás de una valla y habla por teléfono con otro de los personajes que vigila
la calle con prismáticos y el chico pregunta: ¿hay polis? y el otro responde, “no,
está despejado, no hay lucecitas azules a la vista”; cambia el plano y
vemos la furgoneta de la policía en la que huye Moses, a toda velocidad y con
los rotativos azules encendidos, la furgoneta entra en un parking y las luces
se destrozan contra un saliente del techo.
Cuando
digo que la película está pensada hasta el mínimo detalle no es una frase
hecha. Hacía muchos años que no veía una película donde cada detalle tiene un
sentido antes o después en el transcurso de la narración. Voy a poner algunos ejemplos,
sólo unos pocos aunque los hay a patadas, ¡ojo que pueden destriparos la
película!:
-
El primer bicho cae sobre un coche destrozándolo. No es
un coche cualquiera, media hora más tarde lo descubriremos.
-
En “el apartamento de la hierba”, en la televisión
están poniendo un documental sobre animales, algo que parece casual pero que, a
la postre, les dará la clave para acabar con los bichos.
-
En la secuencia en la que los chicos pasan por sus
apartamentos para recoger sus armas, cada uno de ellos pone una excusa que es
perfectamente coherente con lo que hemos visto, incluso uno de ellos entra
cojeando, (un tirón jugando al fútbol, que es lo que le había dicho a su
familia que estaba haciendo), para poder salir con un bate metido en la pernera
del pantalón y salir cojeando otra vez.
-
El único apartamento que no vemos cuando los chicos
pasan a recoger las armas es el del líder. Cornish se guarda este dato para el
final cuando tiene más sentido para que conozcamos mejor a Moses.
La
película tiene referencias, homenajes cinéfilos e influencias de un montón de
películas y directores de los años 70, 80 y 90, aquí está, de alguna manera: “E.T.”
de Spielberg (las cabalgadas en bicicleta es imposible que no nos remitan a la película de Spielberg), “La cosa” de Carpenter, “Asalto a la comisaría del distrito 13”,
también de Carpenter…, y muchas otras.
He
visto la película tres veces y cada vez descubro nuevas cosas, que están ahí por
algo, que me sorprenden y en las que no había reparado, y esto es algo que
define a las grandes películas, en cada visión se descubren cosas nuevas.
Tengo
la sensación de que Cornish entiende el cine. No hay muchos directores actuales
que entiendan, el cine, su lenguaje, quizás Spielberg, Eastwood y
pocos más. Sólo ellos son capaces de crear este tipo de películas milagrosas donde todo suma y nada resta, y conseguir que uno vuelva a creer en que
todavía hay esperanza para el cine.
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