Estamos
ante una película biográfica de Margaret Thatcher protagonizada ni más ni menos
que por Meryl Streep. La película se “organiza”, por decir algo, de forma muy
extraña. Vemos a una Margaret Thatcher senil, con pérdidas de memoria y
alucinaciones en las que aparece el que fuera su marido Sir Denis Thatcher. A
partir de aquí se introducen una serie de flash-backs que recorren su
trayectoria.
El
material es inmejorable (la biografía de uno de los personajes más relevantes
del siglo XX) y el planteamiento, aunque no es lineal es perfectamente asumible
para la narración, podría funcionar. Pues bien, con todo a favor, Phyllida Lloyd (la directora) se encarga de facturar un auténtico desastre. Si he de ser
sincero tampoco me ha sorprendido puesto que hizo lo mismo con su anterior
película “Mamma mía”, un disparate sin pies ni cabeza y una de las peores
películas que he cometido el error de ver en los últimos años. Así pues nuestra
directora lleva dos de dos.
Únicamente
se salva una entregada Meryl Streep que además de una gran actriz está
caracterizada de forma maravillosa, de tal manera que, en muchas secuencias, se
podría pensar que es la auténtica Dama de Hierro.
Bueno
pues, si exceptuamos la actuación de Meryl Streep, todo lo demás está hecho de
la peor manera posible.
El
guión es absurdo y está construido desde el despiste más absoluto. Y tanto es
así, que uno no acaba de saber hacia dónde quiere ir la película. Seguramente
tampoco Phyllida Lloyd y su guionista Abi Morgan tenían claro qué imagen querían
dar de Margaret Thatcher, y éste es el problema principal de la película que no
tiene un objetivo, que no sabe qué pensar del personaje y por tanto el
espectador, una vez acabada la película, no sabe nada de Margaret Thatcher, ni
cómo era, ni qué era lo que la movía, ni siquiera qué cosas hizo.
Fruto
del despiste que impregna toda la película nos encontramos con una serie de
evocaciones de la protagonista, ya anciana, que no aportan gran cosa al
desarrollo del personaje, además, estos fragmentos, están metidos sin ningún
sentido del ritmo, de la oportunidad o de significación de su contenido, y su
duración no está planificada de ninguna manera. Así pues, tiene más peso en la
película las situaciones de una Margaret Thatcher senil, que no aportan nada
que los episodios “significativos” de su vida.
Aunque
sea un poco tramposo me gustaría recomendar a los lectores de esta crónica que,
después de ver “La dama de hierro”, vean “J. Edgar” para que puedan apreciar
que, siendo igualmente un biopic con una estructura similar, en el caso de “La
dama de hierro”, Phyllida Lloyd nos factura un “truño”, y en el caso de “J.
Edgar”, Clint Eastwood realiza una obra maestra.
Duele
que semejante material y semejante actriz se hayan desaprovechado de esta
manera. Estoy seguro que hay un buen número de directores y guionistas capaces
de realizar una gran película, desgraciadamente se ha optado por elegir a los
menos adecuados y el resultado es el que es.
Todavía no la he visto, pero si me dices que su directora es la de Mamma mia...ya me echa para atrás.
ResponderEliminarLa que si que estoy deseando ver es J. Edgar porque adoro todas las películas de Clint Eastwood, =). ¡Ahh! ¿y qué te han parecido los premios Oscar de este año?
Mis Oscar:
ResponderEliminarPeli: War horse; Director: Woody Allen; Actor: Gary Oldman; Actriz: Rooney Mara; Secundario: Christopher Plummer (se lo dieron); Secundaria: Berenice Bejo; Montaje: Millenium (se lo dieron); Banda sonora: Alberto Iglesias por "El topo"
JM