jueves, 2 de agosto de 2012

La invención de Hugo, (Martin Scorsese, 2011)


“La invención de Hugo” es una declaración de amor al cine por parte de uno de los directores más cinéfilos que existen. Martin Scorsese ha financiado la restauración de muchos films clásicos, ha promocionado festivales de cine clásico, posee una filmoteca espléndida de películas en 35 milímetros, ha escrito excelentes libros sobre cine, y ha dirigido numerosos documentales, entre los que destacan: “El cine norteamericano según Scorsese” y “El cine italiano según Scorsese”.
Con este currículum no nos puede extrañar que Scorsese haya dado a luz esta película a pesar de lo alejada que está de su producción habitual, una película con niños y en 3D, de hecho, viendo la cinta, uno podría pensar que la ha dirigido o producido Spielberg.
Más allá del 3D, y más allá también de su tema, “La invención de Hugo”, es una obra maestra del cine.
Scorsese ha dicho que el libro de Brian Selznick le sedujo, por una parte por la historia de soledad y de necesidad de conectar con su familia del niño, y por otra parte por el misterio que cataliza la acción y que acaba resolviéndose con la invención del cine.
El protagonista de la película no es Hugo, es Georges Mélies (Ben Kingsley), y de esta forma, Scorsese, aprovecha la historia para rendir un emocionante homenaje a uno de los pioneros del cine, por extensión a todos ellos, y al cine en general.
Muchos de los personajes que aparecen en la película son verídicos y algunas de las historias que se cuentan son reales. Por ejemplo: todo lo referido a Mélies es verídico, incluida la tienda de juguetes, la esposa de Mélies, el periodista y cinéfilo René Tabard, el guitarrista de la estación, etc.
Scorsese ha realizado un esfuerzo de autenticidad que se nota en la película. El vestuario y los decorados son una maravilla. Se nota que Scorsese ha sido riguroso, incluso meticuloso con todos los detalles. Por poner un único ejemplo: las películas de Mélies están recreadas al milímetro, incluso con las posturas y expresiones de los actores y actrices originales.
Todo este esfuerzo se acompaña de un glorioso diseño de producción de Dante Ferretti para crear un mundo (la estación) dentro de otro mundo (el París de los años 30). Ahora bien, Scorsese, apoyándose en hechos y recreaciones reales tanto históricas como de decorados, vestuarios, paisajes, etc., le da a la narración un tinte mágico, como de cuento infantil. En este sentido, hay que hacer mención de una maravillosa fotografía de Robert Richardson y una colorista música de Howard Shore.
Es de agradecer por parte del espectador, (y hay que anotarlo en la cuenta de Scorsese), el uso narrativo del 3D. Un sistema que tiene, en ocasiones, más inconvenientes que ventajas y que se usa, muchas veces, de manera chapucera. No es el caso, en “La invención de Hugo” el 3D pasa a formar parte del lenguaje cinematográfico de la película y aporta un valor añadido (como se dice ahora) a la historia.
La película construye, además de la trama principal, una serie de microhistorias protagonizadas por personajes entrañables que viven en la estación. Son historias casi mudas, sin apenas diálogos y vistas a través de la mirada de Hugo.
Scorsese nos presenta una extensa galería de maravillosos personajes como por ejemplo el bibliotecario encarnado por Christopher Lee, la vendedora de flores, el guardia de la estación y otros, e incluso se permite guiños al mundo del arte y la literatura como por ejemplo la presencia de Salvador Dalí y  James Joyce sentados en un café de la estación.
Toda la película es un continuo homenaje al cine. Hay multitud de guiños, referencias y pequeñas ofrendas a un sinfín de momentos, personajes e historias del cine. Baste como ejemplo la secuencia de Hugo colgado de la aguja del reloj de la estación en claro homenaje a Harold Lloyd uno de los más famosos cómicos del cine mudo
Poco más puedo decir que no se haya dicho ya sobre la película. Únicamente me gustaría, para terminar, referirme a la manera en cómo empieza y en cómo acaba la película. En algún otro post he dicho que una de las decisiones más importantes para el equipo que realiza una película es cómo empezarla y cómo acabarla. El comienzo y el final es algo que no se puede recuperar después. Una película puede tener un bajón en algún momento y recuperarse después pero una secuencia inicial fallida o un final malo no tienen arreglo.
La invención de Hugo comienza con un plano-secuencia maravilloso y termina con otro plano-secuencia igual de maravilloso aunque no sea tan espectacular como el primero. No se puede empezar ni acabar una película de mejor forma.
Cameo: Scorsese tiene una pequeña aparición como fotógrafo haciendo un retrato al matrimonio Mélies. En muchas críticas y artículos aparece un cameo de Johnny Depp (uno de los productores de la película), si existe el cameo yo no lo he visto. Me da la sensación de que se rodó y después se cortó en el montaje final.

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